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Elogio en boca propia es vituperio

Escribe Édgar Rodríguez

Los cambios en las administraciones municipales dejan una estela de halagos. Los que concluyen sus encargos se despiden, luego de rendir sus informes correspondientes a su último año con maratones de autoelogios aún y cuando el pueblo bueno y sabio, a todos y todas a quienes intentaron repetir en el cargo o buscaron uno nuevo en la política, no les haya otorgado su voto en las urnas el pasado mes de junio.

Es claro que el estilo festivo de los políticos adoptado desde hace muchos años no cambia, pese a la falta de credibilidad en los argumentos y los datos públicos de los gobernantes municipales, sobre todo de los que fueron derrotados en las urnas, continúan sin reconocer sus errores y por el contrario tratan de engañar y engañarse con datos que contrastan con lo hecho durante su mandato.

Las peguntas serían ¿Hay ayuntamientos con menos pobreza? ¿se dejan finanzas sanas? ¿Los índices de inseguridad son menores? ¿Las calles y avenidas se encuentran en buen estado? Y en general ¿todos los servicios que se deben brindar por obligación a los contribuyentes muestran cambios sustantivos?

Lamentablemente un real acceso a la información y el desinterés ciudadano permite que las cifras oficiales se manipulan a través de las encuestas que permean durante las administraciones de los funcionarios municipales. Ejemplos los tenemos con Margarita Moreno en Colima y Griselda Martínez en Manzanillo, ambas son ejemplo claro. Durante su gestión, contantemente encabezaban las encuestas como las mejores alcaidesas. Sin embargo, ninguna de las dos logró los votos necesarios para alcanzar el triunfo el pasado 2 de junio.

El problema radica en que la fórmula para difundir las verdades públicas es la misma de siempre, la de los regímenes autoritarios: son las y los propios funcionarios los encargados de difundir sus logros, lo que sólo ellos ven. Generan la información, se autoevalúan y dan a conocer su versión de las cosas.

En los municipios de Minatitlán Alejandro Mancilla y en el de Villa de Álvarez, Tey Gutiérrez, fueron agraciados con el voto ciudadano para repetir en sus cargos, Este 15 de octubre, junto con otros 8 alcaldesas y alcaldes electos, rindieron protesta para el periodo de gobierno 2024-2027. Cada uno de las y los titulares nuevos y reelectos juraron hacer valer la Constitución local y federal y desempeñar “leal y patrióticamente el cargo que el pueblo les ha conferido”.

Per concluir el trienio liquidando todas las promesas lanzadas durante campaña e incluso después durante la etapa de su gestión es quizá el reto más grande que tienen los representantes de elección popular, en particular quienes asumieron alcaldías. Quienes las dejan, enfrentaron y enfrentarán la realidad de no haber cumplido, aunque digan lo contrario, con todas sus promesas de campaña.

Se dice que…

*El pasado 2 de junio los ciudadanos no votaron por Griselda Martínez ni por su secretaria del ayuntamiento en turno Martha Zepeda del Toro, pero la exalcaldesa de Manzanillo jura y perjura que su administración fue la mejor de Colima y como premio se otorgó sin que se justifique legalmente $25 millones para ella y sus allegados a costa del erario municipal.

* La alcaldesa saliente de Colima, Elia Margarita Moreno González, en gira con varios medios de comunicación presumió que su administración, igual que la Griselda Martínez, fue la mejor y cumplió a los habitantes de Colima capital, pero lo cierto es que deja deudas por cumplir y recaerán en el alcalde Riult Rivera Gutiérrez.

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