Elogio en boca propia es vituperio

Los cambios en las administraciones municipales dejan una estela de halagos. Los que concluyen sus encargos se despiden, luego de rendir sus informes correspondientes a su último año con maratones de autoelogios aún y cuando el pueblo bueno y sabio, a todos y todas a quienes intentaron repetir en el cargo o buscaron uno nuevo en la política, no les haya otorgado su voto en las urnas el pasado mes de junio.