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¿Para qué ocupan sus puestos?

Regidores de Tecomán, también es corrupto quien ocupa un cargo sin saber y sin querer, solo para cobrar. “¿Para Qué Ocupan Sus Puestos?”

En la última sesión del Cabildo de Tecomán, la regidora Laura Montes Camacho expuso lo que muchos ciudadanos piensan: la irresponsabilidad de ciertos regidores, especialmente aquellos que faltan de manera constante a las sesiones. Con solo siete de trece regidores presentes, queda claro que el compromiso de estos funcionarios es nulo. A menos de un mes de que esta administración culmine, menos les vale la pena esforzarse.

La situación es vergonzosa. Un ejemplo claro es el presidente de la Comisión de Comercios y Mercados, Jorge Luis Reyes Silva, quien junto a sus compañeros de comisión ha sido señalado por no resolver ningún problema relacionado con su área. Los comerciantes, que dependen de un sistema eficiente y de cercanía con sus representantes, ven cómo, quienes fueron elegidos para servir y en este caso para atenderlos específicamente a ellos, se limitaron a levantar la mano en lugar de haber trabajado activamente por soluciones.

La falta de asistencia a las sesiones del Cabildo y a las comisiones es un signo evidente de desinterés y descompromiso. Aceptar un cargo público sin la intención de cumplir con las responsabilidades inherentes no solo es irresponsable, sino que puede considerarse una forma de corrupción. Es lamentable que algunos regidores vean su puesto como un mero título en lugar de una oportunidad para generar un cambio real en la vida de la gente.

Pocos son los que se salvan el mismo caso de Laura Montes, la síndico Tania Osorio, que calladita aventajó en varios temas de su comisión, pero no se puede decir mucho de los demás. La crítica de Montes es contundente: “Si no están dispuestos a trabajar, ¿para qué ocupan sus puestos?” Esta pregunta debería resonar en la mente de cada regidor que ha priorizado su comodidad sobre el servicio público. La ciudadanía, que paga sus salarios, merece líderes comprometidos, no funcionarios que se escudan en la burocracia y la inacción.

Su ineficiencia genera un ciclo de desconfianza y desilusión que se alimenta por la falta de sanciones, si no se exige responsabilidad a quienes tienen la obligación de actuar, el resultado sigue igual. Porque no entienden o cierran los ojos para no entender, que más allá de levantar la mano en una sesión; se trata de ser actores activos y comprometidos en la solución de los problemas que afectan a su municipio. En Tecomán no merecemos menos.

A modo de advertencia, es importante recordar que este cabildo dejará el cargo el 15 de octubre, dando paso a otros que, a pesar de traer todos los bríos, podrían no tener la experiencia necesaria para enfrentar los retos que se avecinan. Habrá que esperar para ver de qué están hechos y comprobar si realmente harán algo por ganarse el jugoso sueldo que recibirán, o si simplemente serán más de lo mismo. La apatía y la negligencia no deberían ser toleradas, pero tristemente lo dijo el filósofo “La Política no tiene nada qué ver con la moral”.