Un grupo de habitantes de la playa de Pascuales entre hombres, mujeres y niños se unieron para proteger a las moyas, una especie en veda y en peligro de extinción, informó María del Rosario Vargas Sánchez, presidenta del Comité de Vigilancia Ambiental, quien anunció el cierre nocturno del acceso a playa Boca de Pascuales para personas ajenas al balneario. Con esta acción, dijo, buscan frenar el saqueo ilegal de estos animales, que amenaza seriamente la supervivencia de la especie.
Comentó que es preocupante el aumento de capturas ilegales de los motos en general , tanto hembras como machos, en la zona. Además enfatizó que el problema se intensifica durante las noches nubladas, cuando las hembras, en busca de un lugar para desovar, emergen del estero hacia la playa. Esta actividad reproductiva, vital para la conservación de la especie, está siendo gravemente afectada por la caza ilegal.
“Es muy importante que podamos proteger a los moyos en este momento crítico de su ciclo de vida,” comentó Vargas Sánchez. “La participación de los habitantes de Boca de Pascuales, junto con la Dirección de Seguridad Pública, es esencial para asegurar la protección de esta especie en peligro.”
El cierre nocturno, que restringe el acceso a la playa a quienes no son residentes locales, tiene como objetivo evitar que los saqueadores continúen capturando los moyos durante su periodo de desove. Vargas Sánchez advirtió que quienes sean sorprendidos capturando estos animales podrían enfrentar sanciones severas. “Estamos tomando medidas firmes para garantizar que los moyos puedan completar su ciclo de reproducción sin ser perturbados,” agregó.
Los residentes de Boca de Pascuales, piden el apoyo de seguridad pública y de autoridades federales para evitar el saque de los crustáceos.
La veda de los moyos, que prohíbe su captura en ciertas épocas del año, es una medida de conservación establecida para evitar la extinción de la especie. La comunidad local, junto con las autoridades, hace un llamado a la conciencia ambiental y a la cooperación de todos para garantizar que los esfuerzos de conservación sean efectivos.
El cangrejo moyo es de los crustáceos que más abundan en las costas colimenses. Su consumo no es generalizado pero se va extendiendo por ello familias enteras salen los fines de semana con sus cubetas a cuestas para capturar las ahora tan preciadas presas.