En las pasadas elecciones, el partido Nueva Alianza, cuya base es el magisterio colimense, ganó dos alcaldías (Minatitlán e Ixtlahuacán), varias regidurías y una diputación local por la vía plurinominal, correspondiéndole a la maestra Martha Elia Farías Ríos. El partido sacó 13, 717 votos en la jornada electoral, lo que significó el 4.49 de la votación total del Estado, colocándolo por encima del PT y casi al mismo nivel que el PVEM, pero desbancando a partidos como el PES, Fuerza por México y el mismo PRD. Así, Morena obtuvo cinco alcaldías, el PRI-AN se hizo de tres y Nueva Alianza de dos, que no es poca cosa.
En Minatitlán volvió a ganar el político de arraigo Alejandro Mancilla y en Ixtlahuacán ganó el aguerrido Alexis Verduzco, quien generó grandes expectativas para su comunidad. La maestra Farías Ríos cuenta también con un gran trabajo dentro del gremio y seguramente así lo hará en el Congreso local, al igual que lo harán todas las regidurías coordinadas. En suma, Nueva Alianza es un partido ahora atractivo política y electoralmente y esto lo deben tener muy en cuenta no sólo los líderes sindicales y los militantes sino, sobre todo, la comunidad magisterial, cuyo número puede revertir cualquier elección, de ponerse a trabajar realmente en equipo y no sucederle lo que a otros partidos (los que se fueron) que sólo pensaron en cumplir las necesidades e intereses de unos cuantos. Nueva Alianza corre, por este mismo hecho, un riesgo, el mayor de todos: que al ser un partido atractivo electoralmente (en el que se pueden ganar posiciones de elección popular), empiece a ser contaminado por políticos de otros partidos que les vendan la idea de que sus proyectos triunfadores, políticos priistas, panistas o incluso morenistas caídos en desgracia.
Nueva Alianza no puede, de aquí en adelante, dejarse permear por el paracaidismo político, sino hacer lo que todo partido que va a la alza tiene que hacer: preparar y formar nuevos cuadros desde sus bases, crear un proyecto estratégico bien planificado para no fallar en las alcaldías ganadas, la diputación local y las regidurías, y construir una estructura (que ya la tiene en el magisterio mismo) para preparar su camino para las próximas elecciones, en donde tiene todo no sólo para retener lo que ya tiene sino para ganar más posiciones y entonces convertirse fácilmente en la segunda opción electoral local, pues visto desde una sana distancia ahora mismo se encuentra entre las tres fuerzas políticas de mayor penetración social, al haberse hecho de dos alcaldías. Si se considera que fue sin aliados en las elecciones, el logro es aún más plausible. Quien sea que se vaya a encargar de facto de dirigir los destinos de Nueva Alianza, no debe olvidar estos aspectos previamente mencionados, y saber que el futuro de Nueva Alianza está básicamente en el trabajo que una al magisterio y le haga saber que la unión hará la fuerza necesaria para lograr, al mismo tiempo, más y mejores beneficios tanto para ellos como para la sociedad misma.