Israel Gallardo Aparicio, productor de tamarindo de la región, señaló que los principales retos a los que se enfrentan los agricultores locales debido a las plagas que afectan los cultivos de tamarindo, especialmente la cenicilla (oídio), una enfermedad causada por hongos que amenaza la salud de los árboles y su productividad.
Explicó que la cenicilla es una de las plagas más comunes en los cultivos de tamarindo, y su aparición está estrechamente vinculada a condiciones de humedad, exceso de riego y temperaturas cálidas, factores frecuentes en la región. “La cenicilla ataca principalmente entre julio y agosto, cuando las condiciones climáticas favorecen su proliferación. Es una enfermedad que afecta severamente las hojas del tamarindo, provocando manchas amarillas y una capa algodonosa en el revés de las hojas”, indicó.
Los síntomas más comunes de la cenicilla incluyen la defoliación de los árboles, lo que puede llevar a la pérdida de hojas y, en casos extremos, afectar la floración. Gallardo señaló que para mitigar los efectos de esta plaga, los productores locales han adoptado una estrategia preventiva: adelantar la floración de los árboles entre mayo y junio, de modo que cuando llegan los meses calurosos de julio y agosto, los árboles ya tengan hojas más fuertes y maduras, capaces de resistir mejor la plaga.
“Cuando la cenicilla ataca a los retoños tiernos, puede destruir toda la vegetación joven y dejar solo las flores, lo que impide que el árbol produzca frutos. La estrategia de adelantar la floración nos ayuda a evitar este daño”, detalló Gallardo.
Además de la cenicilla, otra plaga que afecta los cultivos de tamarindo en la región es el barrenador, que ataca las ramas de los árboles, provocando que se marchiten y, en casos graves, que los árboles mueran. “Este insecto suele atacar en los meses de octubre y noviembre. A veces se introduce por el tallo o el corazón del árbol, lo que puede debilitar la planta de manera significativa”, agregó Gallardo.
A pesar de lo anterior, el productor señaló que continúan buscando soluciones y adoptando nuevas estrategias para proteger sus cultivos. “La colaboración entre los agricultores y las autoridades locales es clave para enfrentar estas plagas y garantizar la producción de tamarindo”, concluyó.