Alguien en el cuarto de guerra de Morena creyó que Rosa María Bayardo Cabrera podía pedalear sola rumbo a Casa de Gobierno. Pero bastaron unos cuantos empujones, algunos codazos por la espalda y metralla en redes pagadas con dinero del pueblo bueno y sediento de Colima, para que los estrategas se dieran cuenta del despropósito. Mandarla al ruedo sin escuderas fue como echar a nadar a una principiante en mar abierto con tiburones guindas.
Así que, para que no se desfondara antes de llegar siquiera al banderazo de salida, decidieron flanquearla. A su lado, ahora corren Viridiana Valencia Vargas y Diana Zepeda Figueroa, formando una peculiar tricicleta guinda. Tres sillines, un mismo destino: la candidatura al gobierno estatal en 2027.
Fue la propia Rosa María quien primero acusó recibo del “fuego amigo”, tan insistente como anónimo, orquestado desde las entrañas de su partido y amplificado por valientes páginas clandestinas que curiosamente solo funcionan con presupuesto público. A esas alturas, la “corredora en solitario” ya no sabía si le llovía del cielo o le disparaban desde adentro.
Y mientras ella trataba de mantenerse sobre dos ruedas, apareció su primera aliada: Viridiana Valencia, la eterna aspirante a todo. Tras su fallido intento por conquistar la alcaldía capitalina, fue premiada con la Secretaría de Bienestar, Inclusión Social y Mujeres donde, dicho sea de paso, ha repartido apoyos y sonrisas con la velocidad de una campaña no declarada. Diez meses lleva montada en la estructura federal, recorriendo el estado como si de gira anticipada se tratara. Igualito que su jefa política, Indira Vizcaíno Silva, quien desde esa misma trinchera construyó su propio camino a la gubernatura.
La tercera en discordia, o en equilibrio, según se mire, es Diana Zepeda Figueroa, directora del DIF Estatal. Ella ha preferido la ruta del bajo perfil, sin tanta selfie ni redes saturadas, pero sumando presencia institucional. A diferencia de otras, Zepeda no ha gritado sus aspiraciones, pero su desempeño, al menos en términos de discurso oficial, le ha valido elogios desde el despacho de la gobernadora, que no regala palabras gratis.
Así pues, Morena en Colima ya no apuesta por una sola carta. Prefiere la imagen del equipo, aunque todos saben que, en política, como en ciclismo, el pelotón solo sirve para cortar el viento… hasta que llega la cuesta final y ahí, sí o sí, alguien se queda rezagada.
Se dice que…
*Tres morenas se alinean: Rosa María Bayardo, Viridiana Valencia y Diana Zepeda. Una candidatura las espera. ¿Quién jalará más aire? ¿Quién terminará mareada? ¿Quién soltará el manubrio? Hagan sus apuestas. Se vale perder.
*Mientras tanto, en la otra esquina del ring político, el alcalde panista Riult Rivera Gutiérrez anda podando árboles, limpiando arroyos y saludando jardineros en la capital que gobierna, para que las aguas no se lo lleven… ni los morenistas tampoco. Pero dicen los que saben, y los que revisan cuentas, que lo suyo no es la transparencia. Por algo ya le llaman el “alcalde opaco”. Y eso que todavía no empieza la temporada de lluvias electorales.