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Analizan relación entre confucianismo y desarrollo de China en siglo XXI

En el marco del VIII Seminario Internacional “Desafíos de China en el Siglo XXI”, se realizó la conferencia virtual de la profesora Flora Botton Beja, distinguida académica del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México: “El confucianismo y el desarrollo de China actual”.

Este evento, organizado por la Universidad de Colima, la UNAM, la Universidad de Guadalajara, el Tecnológico de Monterrey y el ITSON, rindió homenaje póstumo al Dr. Romer Cornejo Bustamante, notable estudioso de China y cercano colaborador de la Dra. Botton.

La presentación estuvo a cargo del Dr. Juan González, de la UdeC, quien destacó la prolífica trayectoria de la Dra. Botton, quien cuenta con 55 años de experiencia académica y es considerada una pionera en los estudios de Asia en América Latina.

La Dra. Flora Botton es una destacada académica y sinóloga mexicana especializada en historia y filosofía china. Es una de las principales referentes en estudios de Asia y África en América Latina, y ha dedicado más de 5 décadas a investigar y enseñar sobre la cultura, filosofía, religión e historia de China. Como profesora e investigadora del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, ha contribuido a la comprensión de temas fundamentales de la cultura china, con un enfoque en el confucianismo y otras tradiciones filosóficas y religiosas de la región.

Botton es ampliamente reconocida por sus investigaciones sobre el confucianismo, el taoísmo y el budismo, explorando su impacto tanto en la historia antigua de China como en su evolución hacia la modernidad. Ha publicado libros, artículos académicos y ensayos que analizan estos sistemas de pensamiento y su influencia en la identidad cultural china. A lo largo de su carrera como investigadora, ha profundizado en temas como la ética confuciana, la organización social y la relación de estas tradiciones con el desarrollo económico y político de China en la actualidad.

Durante su conferencia, la Dra. Botton abordó el papel del confucianismo en la evolución de China, desafiando las interpretaciones tradicionales que durante décadas consideraron esta filosofía como un obstáculo al desarrollo económico. Explicó cómo, en contraste con la ética protestante descrita por Max Weber como una de las bases del capitalismo occidental, el confucianismo, con su énfasis en la ética, el bienestar colectivo y la educación, contribuyó al progreso social y económico en Asia Oriental, influyendo notablemente en China, Japón y otros países de la región.

Botton dijo que, en las últimas décadas, China ha experimentado una revalorización del confucianismo, adaptando ciertos valores como la armonía y la responsabilidad social a su proceso de modernización. Aunque la sociedad china contemporánea no se ajusta plenamente a una estructura confuciana tradicional, Botton destacó que principios como el respeto a la educación, la cohesión familiar y la lealtad han aportado estabilidad y unidad al país, sirviendo como una base cultural sobre la cual construir un modelo de desarrollo propio, que equilibra la modernización con el respeto a la tradición.

Expuso que, en contraste con el individualismo occidental, el confucianismo fomenta un sentido de bien común, lo cual ha permitido que China adopte su propio camino de desarrollo, compatible con su identidad cultural. “La tradición confuciana no es un modelo de desarrollo económico per se, pero sus valores han facilitado la adaptación de China a la modernidad sin renunciar a sus raíces”, subrayó Botton. Explicó cómo, al mantener una estructura comunitaria y respetar la autoridad, la sociedad china ha encontrado una vía para integrar la globalización sin asumir por completo los modelos occidentales de individualismo y competencia.

Esto es, dijo que el confucianismo no promueve una economía de mercado en el sentido moderno, pero sus principios han resultado compatibles con la adaptación a los modelos de desarrollo occidentales, lo cual ha permitido que China florezca en el contexto global sin perder su identidad cultural.

La profesora Botton también mencionó el auge del “discurso de valores asiáticos” en el sureste de Asia, particularmente en países como Singapur y Taiwán. Este discurso sostiene que los valores liberales occidentales, como la primacía de los derechos individuales y la libertad política, no son necesariamente universales y deben adaptarse a las características culturales de cada región.

Así, en lugar de priorizar el individualismo, estos países enfatizan el comunitarismo y la estabilidad social, ideas profundamente arraigadas en la filosofía confuciana. La Dra. Botton explicó que, en China, este discurso ha encontrado resonancia tras la apertura económica en 1978, cuando se buscó un enfoque de desarrollo que incorporara tanto la modernidad como los valores tradicionales.

En su análisis, Botton señaló que el confucianismo se basa en una ética que promueve la armonía social y la educación. Confucio concebía la sociedad como una extensión de la estructura familiar, con el Estado como una familia extendida que debía velar por el bienestar de sus ciudadanos. Este marco filosófico, planteó la profesora, continúa influenciando la vida cotidiana de los chinos, quienes valoran la educación y el esfuerzo individual como medios de perfeccionamiento. Aunque la China moderna ya no es una sociedad plenamente confuciana, elementos de esta tradición persisten, sobre todo en la importancia de la educación, el trabajo y el respeto a la estructura familiar.

Dentro de su exposición, Botton dedicó un emotivo mensaje a la memoria de Romer Cornejo, su colega y amigo. Agradeció la oportunidad de compartir su visión sobre la influencia del confucianismo en la China actual como parte de este homenaje, destacando la relevancia de Cornejo en el avance de los estudios sobre China en México y América Latina.

Botton subrayó la importancia de dar continuidad a la labor de Cornejo a través de iniciativas como este seminario. “El trabajo de Romer no sólo fue académico, sino profundamente humano; él siempre creyó en el poder del conocimiento para derribar barreras culturales y fomentar un mundo más interconectado”, concluyó.