Orlando Torres Meza, gerente del Consejo Estatal de Productores de Limón informó que la situación económica de los cítricutores es crítica, pues mientras que el precio de venta al público en supermercados se mantiene entre 25 y 30 pesos por kilogramo, los productores han estado recibiendo pagos que oscilan entre 2 y 5 pesos cuando el costo de producción para un buen productor es de aproximadamente 7.50 pesos por kilogramo, “Esto significa que, en lugar de obtener ganancias, el productor se ve obligado a vender a pérdidas, es decir a pagar porque le compren”.
Luego de que un productor de limón decidió arrojar parte de su cosecha en la carretera, justo a la altura de la emblemática escultura de El Limonero en Tecomán, Torres Mesa dijo que este gesto simbólico, refleja la desesperación de los agricultores de la región, quienes enfrentan una crisis fuerte solo se agudiza en el sector productivo.
La reciente decisión de desechar los limones en la vía pública es una situación inusual en Colima, pero que se ha convertido en un fenómeno recurrente en otras regiones del país, como Michoacán. “Nunca habíamos visto algo así aquí. Pero es el ánimo ahorita entre los productores”, comenta Torres. Las huertas en la región están experimentando un aumento en la producción, pero el bajo precio de compra ha llevado a los agricultores al borde del colapso.
Señala también que, a pesar del alto precio del limón en el mercado, los productores están recibiendo una fracción de lo que deberían. “Hay una desproporción alarmante entre lo que el consumidor paga y lo que recibe el productor. Esta es la principal queja que estamos escuchando”, añade.
En respuesta a esta crisis, el Consejo de Productores está buscando reunirse con autoridades estatales y municipales, así como con representantes de la industria y empaques para entender qué está sucediendo en la cadena de suministro, “Queremos escuchar qué pasa en los empaques y sentarnos a discutir medidas que puedan aliviar esta situación”.
Mencionó que la crisis no solo se limita a la economía; el cambio climático también está afectando la producción. Las altas temperaturas y la escasez de lluvias han cambiado la fisiología del cultivo, desplazando las épocas tradicionales de mayor producción. Este año, el pico se registró en junio, y de julio a octubre, la producción ha mantenido un nivel constante, algo inusual comparado con años anteriores, precisó.
Mientras los agricultores enfrentan el problema, la necesidad de soluciones urgentes y sostenibles es más crítica que nunca. La imagen de los limones arrojados en la carretera es un llamado de atención y un pedido de auxilio para garantizar el futuro de los productores de limón en Colima.