Candelaria Huerta Pizano, representante del Colectivo Solidario de Búsqueda de Personas Desaparecidos, informó que en un esfuerzo por brindar apoyo a las víctimas y sus familias, se ha puesto en marcha un programa de talleres en Tecomán, mismo que es coordinado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (Ceavi).
El programa arrancó desde el 17 de septiembre, se han realizado dos sesiones quincenales que buscan ofrecer tanto atención psicológica como actividades que fomenten la creatividad y el bienestar emocional.
La programación de talleres cuenta con la presencia de personal de Ceavi y un perito especializado, y ahí mismo se realizan exámenes de la genética en la identificación de desaparecidos, ello, dijo Huerta, por el temor de algunas familias de acudir a la fiscalía o trasladarse hasta las oficinas en Colima “eso ha limitado la participación de muchas personas, lo que nos ha llevado a los organizadores a buscar estrategias que faciliten su asistencia”.
“Estamos empezando, es un proceso que apenas comienza”, comentó Huerta Pizano. “El objetivo es mantener a las víctimas indirectas en un programa continuo que incluya talleres de manualidades, además de los aspectos psicológicos y ocupacionales. Hay una necesidad urgente de atención inmediata, ya que el Ceavi no puede dar abasto con la demanda actual”.
Los talleres no solo buscan aliviar el dolor emocional, sino también proporcionar a los y las participantes habilidades que les permitan generar ingresos. “Es importante que nuestras actividades no solo sean terapéuticas, sino que también ayuden a las familias a sostenerse económicamente”, agregó Huerta Pizano quien además reconoció que el mismo colectivo se enfrenta a situaciones de escases de recursos, toda vez que opera con recursos propios y la cooperación de las mismas víctimas, quienes aportan para cubrir los gastos de materiales, lonas y muchas veces alimentos.
Huerta Pizano admitió que la situación es crítica para muchas de las familias afectadas, ya que muchos de los desaparecidos eran los principales proveedores del hogar. “Hay personas en pobreza extrema entre nosotros. Un solo día en el que puedan comer bien es un respiro en medio de su dolor”, enfatizó Huerta Pizano.
“No siempre es fácil obtener ayuda. A veces hay personas que tienen que esperar meses para recibir asistencia”, concluyó Huerta Pizano, destacando la necesidad urgente de recursos no siempre monetarios sino en comida, para poder seguir adelante.
Los próximos talleres están programados para continuar cada quince días, y se espera que cada sesión ofrezca un espacio seguro para que las víctimas encuentren apoyo y esperanza en medio de su lucha.