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Protesta Sheinbaum como presidenta, dirige mensaje a las mujeres y homenajea al expresidente

Claudia Sheinbaum Pardo fue investida la mañana de este martes como la primera mujer presidenta de México. La diputada Ifigenia Martínez, una dirigente histórica de la izquierda, fue la encargada de colocarle la banda presidencial que le entregó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, con quien la presidenta se abrazó a su arribo al Pleno y a quien ella reconoció como “el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna”.

“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidenta de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”, declaró Sheinbaum al rendir protesta ante en el Congreso de la Unión.

En su mensaje, ya con la banda presidencial puesta, reivindicó una de las máximas del obradorismo al recordar que “por el bien de todos, primero los pobres”. También sostuvo, al parafrasear a Benito Juárez y al propio Andrés Manuel López Obrador que “no puede haber Gobierno rico, con pueblo pobre”, por lo cual continuará con las políticas de Austeridad Republicana establecida en el actual Gobierno.

Su discurso inició con un homenaje al expresidente López Obrador a quien dijo: “ha sido un honor luchar con usted, hasta siempre amigo, hermano, compañero Andrés Manuel López Obrador”. Eso llevó al pleno a corear el ya famoso “¡Es un honor estar con Obrador!”.

La presidenta indicó que, hace exactamente 19 años, en ese mismo recinto, “en un atropello a la libertad, el jefe de gobierno de entonces, Andrés Manuel López Obrador, frente aquella Legislatura pronunció un discurso que cimbró para siempre la lucha por la democracia. En comparecencia frente al juicio de desafuero cuyo único propósito era el intento de un fraude anticipado dijo ‘ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí nos juzgue la historia”.

“Hoy lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos, la historia y el pueblo lo han juzgado, Andrés Manuel López Obrador uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, solamente comparable con Lázaro Cárdenas, el que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo, y para millones, aunque a él no le gusta que se lo digan, el mejor presidente de México”.

Sheinbaum recordó que, con su gobierno llega el tiempo de las mujeres: “Hoy 1 de octubre de 2024 inicia la segunda etapa, el segundo piso de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, y también hoy después de 200 años de la República y de 300 años de la Colonia, porque previo a ello no tenemos registros claros, es decir después de al menos 503 años por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa Nación”.

“Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres. Durante mucho tiempo las mujeres fuimos anuladas, a muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos hacía querer creer que el curso de la humanidad era protagonizado solamente por hombres. Esa visión se ha ido revertiendo, hoy sabemos que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia de México, desde diferentes trincheras y también sabemos que las mujeres podemos ser presidentas, y con ella hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta, con A al final, porque como nos han enseñado sólo lo que se nombra existe”, expuso.

Y puntualizó: “hoy quiero reconocer no sólo a las heroínas de la patria, a las que seguiremos exaltando, sino también a todas las heroínas anónimas, a las invisibles a las que con estas líneas hacemos visibles, a las que con nuestra llegada a la Presidencia y estas palabras hago aparecer, a las que lucharon por sus sueños y lo lograron, las que lucharon y no lo lograron, llegan las que pudieron alzar la voz y las que no lo hicieron, llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas, llegan las indígenas, las trabajadoras del hogar, llegan nuestras tías que encontraron en su soledad la manera de ser fuertes, las heroínas anónimas, las que desde su hogar, las calles o sus lugares de trabajo lucharon por ver este momento, llegan nuestras madres que nos dieron la vida y que después nos volvieron a dárnoslo todo, nuestras hermanas, que desde su historia lograron salir adelante y enmanciparse, llegan nuestra amigas, llegan nuestras hijas hermosas y valientes, llegan nuestras nietas, llegan ellas”.