Las elecciones pasadas dejaron, además de otras enseñanzas, varios descalabros en los partidos locales. De acuerdo con los datos del PREP en Colima y del Instituto Electoral del Estado, son tres los partidos que no alcanzaron el mínimo número de votos para retener su registro, que se traduce al 3% de la votación. Estos partidos son el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido Encuentro Solidario (PES) y Fuerza por México. Según estos datos, el PRD alcanzó sólo el 2.6% de los votos, el PES sólo obtuvo el 2.7% y Fuerza por México llegó sólo al 1.1%.
Aunque la información se tendrá que hacer oficial, está claro que el mal manejo político de estos institutos políticos es clara muestra de su desempeño comicial. El pésimo trabajo que hizo, por ejemplo, el líder del Partido Encuentro Solidario (PES), Carlos Carrasco, quien a su vez fungía como presidente de Ixtlahuacán, hundió un partido que pudo haber tenido un mejor papel en las pasadas elecciones y en el que presentó algunos buenos y competitivos perfiles, pero Carrasco, como sucede siempre, no hizo sino ver por sus propios intereses. Algo parecido sucedió en el mismo PRD y en Fuerza por México, partido este último que protagonizó varios zafarranchos que desvelaron también la corrupción interna que lo permeaba. En contraste con estos partidos en proceso de completa extinción, partidos como Nueva Alianza (Nueva Alianza) lograron retener su registro al obtener un 4.1% de la votación, a pesar de haber ido solo, ganándole incluso al propio Partido del Trabajo (PT), siempre satelital, que obtuvo el 3.8%, con el agravante de haberse convertido también en prácticamente una empresa familiar.
Los buenos resultados de Nueva Alianza se le deben en gran medida al líder del SNTE6, Jaime Núñez, quien supo mover bien las candidaturas en el terreno electoral, pese a que él mismo perdiera la elección a diputado local. En cualquier caso, en cuanto al PT ya sabemos que de seguir podría perder su registro en las próximas elecciones. Los partidos más fuertes terminaron siendo, de mayor a menor, Morena (con 34%), PRI (13%), PAN (con 12.7%) y MC (con 11.8%). El desfase entre el partido más votado (Morena) y el que le sigue en segundo lugar (PRI) es tan grande como la necesidad de que los partidos hoy convertidos en oposición se pongan a trabajar en una cambio profundo y verdadero, de lo contrario llegarán más endebles al 2027, donde se definirá el rumbo de la gubernatura estatal. Aunque Morena se hizo de las mayores alcaldías y curules del Congreso local, perdió la capital del estado (con Riult) y no logró hacerse de Villa de Álvarez (con Tey), además de haber perdido también (directamente) Coquimatlán. Era claro que Manzanillo, donde están las mayores enemigas de la gobernadora (Martha Zepeda y Griselda Martínez), no podía perderse.
Manzanillo es un bastión fuerte y con un potencial electoral enorme, así que en el 2027 de por allá vendrá una fuerte avanzada que tendrán que contener quienes (del Prian) vayan a ser los elegidos para confrontarla. De aquí en adelante todo será preparar la batalla para las elecciones de 2027 y yo no veo en este momento a otros contendientes que la vayan a librar que (tomando en cuenta los números electorales) puedan ser Morena versus Prian (si estos siguen aliados). Ya veremos.