Estación Sufragio

Todo se resuelve con una carta aclaratoria

 Adalberto Carvajal Berber  Opinión

Escribimos en su momento que la mala prensa perseguía al subsecretario de Operaciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Colima, Manuel Moreno Rivas. Y que tal vez la infame leyenda que este funcionario labró en Oaxaca, cuando trabajó para las administraciones de Ulises Ruiz y José Murat, no se habría conocido en Colima si el doctor Moreno no hubiese acudido a un periódico local a anunciar que se rehabilitarán las 24 casetas de policía que existen en la ciudad, de las cuales 20 han estado abandonadas prácticamente desde hace dos sexenios.

A partir de entonces el teniente de navío fue ubicado en el radar mediático, y en las redes sociales empezaron a circular las notas de prensa y los enlaces a sitios web en los que se describen las tremendas acusaciones que le hicieron a Moreno Rivas en Oaxaca, desde el presunto secuestro de una ex funcionaria estatal, hasta la desaparición de disidentes y la persecución de maestros.

La más sonada de las historias negras que se encuentran en internet, es la que le atribuye haber participado en lo que la Procuraduría General de la República (PGR) calificó de seudoatentado, el sufrido por el gobernador Murat, padre del actual mandatario oaxaqueño, y en el que supuestamente Manuel Moreno fue autor de los disparos que se hicieron desde el interior de la camioneta.

Ubicado en Colima, donde tendría que haber mantenido un bajo perfil, el pasado sábado (4 de marzo de 2017) el diario Reforma publicó una pieza informativa en la que se relataban las acusaciones formuladas ante los medios y el ministerio público en contra de Moreno Rivas, desde la que hizo la PGR por presuntamente haber mentido y alterado las evidencias en lo que consideraron un “autoatentado” en contra del entonces gobernador de Oaxaca, José Murat, en 2004.

Reforma retomó también los señalamientos sobre un supuesto involucramiento en la desaparición de dos integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y la persecución a militantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO); además de la denuncia pública que en 2010 hizo Aurora López Acevedo, como presunto autor material del plagio y violación en contra de esta lideresa de transportistas en Oaxaca.

El Subsecretario, que no había reaccionado a los señalamientos que circularon en las redes sociales en Colima, no se quedó callado ante el periodicazo de Reforma. Mandó una carta aclaratoria a ese diario, que firmó como doctor en Derecho, precisando que “son falsos todos los hechos” que ahí se le imputan:

“En el señalamiento del evento en contra del entonces Gobernador de Oaxaca, no se fincó ninguna responsabilidad en contra del que suscribe.

“En relación al señalamiento de la desaparición de dos integrantes del EPR, un servidor tampoco es culpable, por ello, ni siquiera fui requerido por parte de alguna autoridad ministerial para aportar información al respecto.

“En relación al señalamiento del C. Flavio Sosa, se realizó una investigación que involucró a todos los servidores públicos de los tres niveles de gobierno que prestaron servicio en las fechas de los hechos señalados, sin resultar ningún tipo de responsabilidad en contra del suscrito.

“Sobre el plagio y violación que denunció en su momento la Lic. Aurora López Acevedo, en este caso -como en los anteriores- se trata de un señalamiento sin sustento, prueba de ello es que ni siquiera fui requerido ante la autoridad en relación a los hechos denunciados toda vez que nunca se interpuso denuncia ante la autoridad correspondiente”.

Finalmente, como curándose en salud ante la descalificación que el folclor político resumiría en la frase: ‘lo acusan de represor, no de tarugo’, Moreno Rivas afirma que: “Durante mi labor como servidor público siempre me he desempeñado con honestidad y apego a los derechos humanos”.

DE QUE SE VE MAL, SE VE MAL:

Para muchos, los solos señalamientos a Manuel Moreno deberían poner en entredicho al gobierno que lo empleó. A otros lectores les satisfará saber que nunca le probaron nada. No faltará quién pregunte si puede haber policías que no sean de mano dura.

Lo cierto es que Moreno Rivas no ocupa un cargo cualquiera. La Subsecretaría ni siquiera estaba contemplada en el organigrama de la SSP, y cabe suponer que fue creada expresamente para él a mediados de agosto de 2016, en el entendido de que sus conocimientos y experiencias resultarían ideales para la labor estratégica que habría de desempeñar en el área de Operaciones.

Tanto en la empresa como en la milicia, un gerente o en su caso jefe de Operaciones debe encontrar los modos de hacer a la estructura más productiva y eficaz, preparando presupuestos, programando acciones, controlando inventarios, manejando la logística y supervisando al personal. Se trata de que resuelva los problemas rápida y eficientemente.

En otros tiempos, cuando a los políticos se les mataba a periodicazos, una campaña de información o, si hemos de creerle al funcionario, de desinformación como ésta, habría hecho inevitable la renuncia de Moreno Rivas. Pero el gobernador Ignacio Peralta consideró “subsanadas” las dudas sobre su pasado en el servicio público en Oaxaca.

Según la nota de Ángel Guardián, el mandatario estatal consideró “inventos” lo publicado en Reforma, y aseguró que estos señalamientos quedaron debidamente aclarados con la carta de Manuel Moreno al diario capitalino.

“La misma aclaración ya se hizo, ya se dio, sale publicada el día de hoy por la propia persona aludida y en ese sentido creemos que el tema ya está superado; es una aclaración que hizo el propio subsecretario y en esos términos queda ya”, dijo el Gobernador.

Peralta Sánchez descartó que estos antecedentes se hayan considerado en la evaluación que se hizo de la propuesta (entiendo que la hizo el propio secretario de Seguridad, contraalmirante Francisco Javier Castaño Suárez) para nombrar a Manuel Moreno: “…cuando se inventan cosas que no son ciertas, pues no las puedo tomar en cuenta”.

Con ello, JIPS evidenció su respaldo al titular de la SSP, aunque definitivamente al secretario Castaño le habría convenido que Moreno Rivas no asomara la cabeza. Calladito se hubiera visto más bonito.

Después del escándalo, ¿podrá el subsecretario remontar su mala fama?; ¿es suficiente con decir que nada se le pudo probar?; ¿cómo es que, siendo inocente, pudieron hacerse semejantes acusaciones en contra de un personaje que, por lo demás, es típico de una administración como la de José Murat, y antes como la de Ulises Ruiz, a quien un leído columnista llamaba en sus respectivos turnos “el desgobernador de Oaxaca”?

Me pregunto si la situación de inseguridad en Colima amerita la presencia de un policía con perfil de operador político, como el que tiene Moreno Rivas. Si las cosas están tan graves, como lo están todavía en la zona de Veracruz y Boca del Río donde Castaño Suárez estuvo al frente de la Policía Naval, probablemente sí. Pero de que se ve mal, se ve mal.

FE DE ERRATAS:

En la columna de ayer, cuando se recuerda que José Francisco Ruiz Massieu murió después de la muerte de Luis Donaldo Colosio, escribí: “fue asesino en 1994”. Lo correcto es que fue “asesinado” siendo secretario general del PRI, el mismo cargo al que se espera llegue por orden de prelación su hija Claudia.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com. Esta columna también se puede leer en: www.aacb2.com.

bv