Estación Sufragio

No se confundan, es un Carnaval

 Adalberto Carvajal Berber  Opinión

Por contradictorio que resulte (aunque si revisamos la historia del autoritarismo del PRI no lo es tanto), los gobiernos del PAN en Villa de Álvarez han sido siempre más liberales que los del tricolor, especialmente en lo que respecta a la cabalgata de la Gasolina, que sólo alcaldes como Jesús Dueñas o Felipe Cruz, y ahora Yulenny Cortés, han entendido que se trata de un carnaval y, como tal, en él suceden muchas cosas empezando por la inversión de valores: lo masculino por lo femenino y la riqueza por la pobreza.

El conservadurismo priista se manifiesta en expresiones como las que han hecho funcionarios de cada administración tricolor desde que comenzó la alternancia, en el sentido que ‘se están rompiendo las tradiciones’, que ‘antes había respeto’ y no sé cuantas idealizaciones más que nada tienen que ver con los desmadres que ocurrieron desde el principio en la cabalgata y el recibimiento de los taxistas.

Este festejo seguirá evolucionando pero ya hay algunas mutaciones que me parecen irreversibles, como el hecho que los transgénero se hayan ido apropiando de una celebración que antes protagonizaban choferes y cobradores travestidos por guasa.

Por cierto, de las decenas de jóvenes que se metieron en vestidos entallados y se calaron pelucas baratas y estrafalarias, muy pocos tienen que ver con el sector del transporte. Esos muchachos de las colonias periféricas de la Villa también se apoderaron de la fiesta.

Alguien me dijo que la autoridad prohibió a las chicas trans enseñar los pechos y las pantaletas, especialmente si el corte es del llamado ‘hilo dental’. Y lo primero que hizo una de las que viajaban en el primer carro alegórico fue mostrar las bubis. Lo cual me suscita una duda ontológica: ¿el travesti improvisado sí puede salir con el torso desnudo pero no aquel transgénero que se ha sometido a un tratamiento hormonal para que le crezcan las mamas o que se colocó implantes?

¿Qué es lo que ofende a la moral: el semidesnudo o el morbo de saber que es un cuerpo transformado? Con ese tipo de discusiones, no estamos muy lejos de aquellos destinos de playa en el primer mundo donde se prohibió a las mujeres asolearse topless, pero no aciertan a censurar el uso de la tanga o de ‘cacheteros’ en la prenda baja del bikini.

El miércoles en la noche fue la cabalgata (motorizada) de la gasolina pero este año casi no vimos transportistas, fuera de los traileros y grúas que prestaron sus unidades para arrastrar carros alegóricos. Pasó una camioneta de servicio mixto de carga y pasaje, pero no taxis amarillos ni camiones urbanos.

Y vimos pasar a Aureliano Hernández, pero no manejando uno de esos autobuses interurbanos con los que convirtió en negocio un servicio que comenzó como una prestación del SNTE para los maestros de Colima que tenían que viajar a Tecomán y Manzanillo. El ex líder magisterial iba a bordo de la misma camioneta doble cabina en cuya caja desfiló la alcaldesa. 

¿Por qué no hicieron el recorrido los transportistas? ¿Fue acaso una protesta silenciosa ante la Ley de Movilidad?

AZUL PINTADO DE AZUL:

Los priistas en Villa de Álvarez explican la permisividad de los ayuntamientos panistas ante los cambios de costumbres en las fiestas charrotaurinas, a que las dos alcaldesas que ha tenido el blanquiazul, Brenda Gutiérrez y Yulenny Cortés, no son oriundas del municipio.

Curiosamente nunca se quejaron cuando Adrián López Virgen, uno de los miles de avecindados que hay en la localidad, presidió el Ayuntamiento. Ni les preocupó qué hayan pensado los porteños cuando dos ilustres villalvarenses, Jorge Armando Gaytán Gudiño y su hermano Porfirio, fueron ediles en Manzanillo.

Con todo, hay que reconocer que Yulenny se ha esforzado por irritar al grupo de villalvarenses que defienden la tradición, empezando por quitarles los sábados a los tabladeros para dedicar La Petatera a presentar espectáculos que nada tienen de charrotaurinos, como Los Ángeles Azules y Raúl Di Blasio.

Siempre he pensado que hace falta esclarecer el tema de la propiedad en la construcción anual de la plaza. ¿El llamado primer tesoro del estado le pertenece a las autoridades o a los concesionarios de los tablados? ¿Por qué se quedan con las ganancias quienes no hacen ninguna inversión en la compra y almacenaje de petates y madera?

Con un casino inutilizable y un megapalenque que es negocio aparte y está fuera del recinto ferial, a las fiestas de la Villa le hace falta un espacio para la realización de espectáculos que no sean ecuestres, A fin de cuentas, ya no hace caravanas la familia de Antonio Aguilar, Joan Sebastian está muerto y el Cheque Peña es un símbolo del anguianismo que nadie en Colima va a querer contratar en este sexenio.

Los aficionados a la fiesta brava se sorprendieron al ver iluminado de azul el exterior de la plaza. ¡Esa manía que tienen los panistas de pintar todo el equipamiento urbano con la paleta de Acción Nacional!, dicen los priistas, cuando por décadas los gobiernos del tricolor dispusieron de los bienes públicos como si fueran suyos. ¿Se acuerdan cuando los comités del PRI ocupaban inmuebles del Estado, como el edificio de la Concordia donde estuvo por décadas la sede estatal, o se atrevieron a reclamar como propio el espacio destinado a la biblioteca municipal, ahí mismo en la Villa?

Sí, esperábamos que la nueva clase gobernante no repitiera los abusos de poder que tanto le criticaron al PRI, pero la verdad es que los priistas sólo ven la paja en el ojo ajeno. Un ayuntamiento del PAN nombró al tramo del tercer anillo periférico “Manuel J. Clouthier”. Y al siguiente trienio, un cabildo de mayoría tricolor lo renombró “Gobernador Fernando Moreno Peña”. Al venir la alternancia, otra comuna blanquiazul le volvió a poner el nombre del Maquío. Hasta que finalmente el Gobierno del Estado le impuso a esa vialidad el nombre de “Paseo Miguel de la Madrid” y, al nuevo tramo, avenida “Griselda Álvarez Ponce de León”.

Si renombrar una parte de esa vialidad como avenida “La Petatera” parece un capricho de Yulenny, en todo caso lo hace un ayuntamiento que entre otras facultades tiene la de ponerle nombre a las calles. Para que se acaben de enchilar los priistas, debería restituirle a la parte del Paseo que le corresponde a la Villa el nombre de Clouthier. Total, ya cuando vuelva a ganar el PRI la alcaldía que le regresen el homenaje a nuestro ilustre paisano. Y si gana el PVEM que le pongan al tercer anillo “Camino Ecológico Niño Verde” o, si llega Nueva Alianza, avenida “Elba Esther Gordillo”.

bv