5 horas y media de agonía en Tecomán

 Luis Alberto de la Mora  25-11-2016     Tecomán

La pequeña Yesenia Martínez, de tres años, se desvaneció de la nada. En un parpadeo, la niña, que pasó sus últimos momentos jugando con un grupo de niños, según testigos, pasó de la alegría a la última pesadilla: había caído a un registro de la red de drenaje de la ciudad de Tecomán.

El hecho se reportó cerca de las 11:30 de la mañana de este viernes, donde el llamado de niños pasaron oídos de los adultos, luego a los de las autoridades… y entre estos, a los de la madre de la pequeña Yesenia.

La situación fue crítica. Los primeros reportes señalaban que la niña había caído a un aljibe de agua, sin embargo, el hecho era mucho más delicado que eso. Yesenia había sido engullida por una tubería de drenaje con fuerte corriente.

El operativo de las autoridades comenzó a endurecerse, las esperanzas de las personas que supieron del hecho pendían de oraciones y palabras de los cuerpos de seguridad.

La madre, que minutos antes se encontraba trabajando para sacar adelante a su familia: a ella y sus dos hijas, fue golpeada por el impacto de la noticia y se desvaneció.

La noticia se expandió como un fuego trágico en la sociedad tecomense y de todo el Estado que, atónitos, formulaban las dudas de que pasaría con la niña, cómo había pasado esta tragedia, quiénes eran los responsables.

Fuerzas municipales, estatales y federales, trabajaron bajo reloj. La esperanza de hallar viva a Yesenia pendía de un hilo. Esa frágil motivación los hizo retirar registros de drenaje, entrar a las pestilentes tuberías y gritar el nombre de la pequeña de tres años al vacío maloliente.

Buzos, personal especializado, maquinaria pesada, todo fue requerido y utilizado para sacar con vida a la niña. Un buzo de la Marina Armada de México que pidió ser sacado de las alcantarillas a gritos, para luego desvanecerse al salir de la tubería, oscureció los endebles ánimos de las personas que se congregaron en la avenida Río Frío de la colonia San Carlos, a pocos metros donde la niña desapareció y donde autoridades rompían la calle para dar con la menor.

Las horas pasaron. El sudor y las lágrimas corrieron. La esperanza de ver con vida a Yesenia se elevaba un poco al ver maquinaria especializada para ver las tuberías, la unidad canina tratando de dar con la pequeña y el personal del Ayuntamiento rompiendo y excarvando aferrados a una fe comunitaria.

Horas y horas pasaron… y la noticia final llegó.

La pequeña había sido localizada a siete kilómetros del punto donde desapareció… sin vida. Y con esto, se esfumó la esperanza de verla jugar de nuevo.

Los trabajos se pararon y la gente en todo Tecomán comenzó a recibir la trágica noticia una por una. La pequeña había sido recuperada íntegra, la última petición que todas las personas preocupadas por Yesenia tenían pero que no deseaban que pasara.

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