El presidente de Guatemala, Otto Pérez, un general que
prometió mano dura contra la criminalidad, se convirtió este martes en el
primer gobernante en la historia de este país que pierde la inmunidad y queda
expuesto a un proceso judicial por corrupción.
En un fallo histórico, 132 diputados presentes en una sesión
legislativa votaron de forma unánime por quitar el fuero de inmunidad al
mandatario, quien deberá enfrentar a la justicia ordinaria por su presunta
vinculación con una banda de defraudación aduanera.
Otto Pérez llegó a la presidencia en enero de 2012 con la
promesa de aplicar mano dura contra la corrupción y criminalidad, ante el
clamor para frenar una ola de violencia que deja unos 6,000 muertos cada año.
Sin embargo, ese compromiso quedó en el tintero y hoy, en
las postrimerías de su mandato, enfrenta denuncias de la fiscalía y de la
comisión de la ONU contra la impunidad en Guatemala (Cigic), que le acusan de
encabezar la red de defraudación en las aduanas.
Formado en tácticas contrainsurgentes y contrainteligencia
durante la guerra civil (1960-1996) que dejó unos 200,000 muertos, el
mandatario se aferra al cargo pese a la indignación popular. “Como buen militar
se ha atrincherado en la Casa Presidencial y evita toda actividad pública”.
El lunes pasado, en una rueda de prensa, descartó renunciar
y negó haber recibido dinero mal habido.
Su exvicepresidenta, Roxana Baldetti, con quién había fundado
en 2001 el Partido Patriota, de tendencia derechista, tuvo que dimitir el 8 de
mayo y ahora está en prisión preventiva acusada por el mismo caso.
Los dos se conocieron durante el gobierno del presidente
Jorge Serrano (1991-1993), quien huyó del país en junio de 1993 después de
enfrentar cargos de corrupción. Actualmente vive exiliado en Panamá como
magnate inmobiliario.