Nochebuena, al rescate de un patrimonio botánico

 Redacción   08-12-2017     Cultura Ciencia

Como cada año, a inicios de diciembre, la familia Herrera acude al mercado Madre Selva, ubicado en la delegación Xochimilco, para abastecerse de una peculiar planta de intensas hojas rojas que anuncian la llegada de la época navideña.

Para ellos no hay Navidad sin esta planta en casa. Con confianza aseguran que podrían pasar un año sin poner árbol, pero nunca sin una maceta de nochebuena, porque esa planta, aseguran, representa la tradición de su país. Sin embargo, poco se imaginan que sus plantas, y la mayoría de las que se encuentran disponibles en el mercado en esta época, fueron genéticamente modificadas por empresas extranjeras, pese a su origen mexicano.

Esta es la historia de una planta mexicana que es amada en todo el mundo por ser el símbolo de la Navidad y amistad en algunos países, pero cuya historia, domesticación y diversidad genética se han estudiado poco.

Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima, pero en los países de habla hispana es conocida como nochebuena, una de las plantas cultivadas y comercializadas con propósitos decorativos (ornato) que, de forma silvestre, crecen en los bosques tropicales de las costas del Pacífico, desde Sinaloa, en México, hasta Guatemala. También en el norte de Guerrero y Morelos.

Además es una de las plantas de ornato de mayor importancia económica en el mundo. Sus ventas anuales superan los 100 millones de dólares en los Estados Unidos, debido a que es el símbolo floral de la Navidad.

En México la actividad económica vinculada con esta especie produjo más de tres mil empleos directos y condujo a la venta de 30 millones de plantas, equivalente a más de 23 millones de dólares, cuya producción se concentra en los estados de Morelos, Michoacán, Distrito Federal, Puebla, Jalisco, Estado de México y Oaxaca, que producen alrededor de 30 variedades.

bv