Estación Sufragio

Apostillas pasó de panzazo

 Adalberto Carvajal Berber  Opinión

Muchos comentarios suscitó la columna de ayer, ninguno en defensa del secretario general de Gobierno por cierto. Si acaso, un lector que quiso otorgarle el beneficio de la duda respecto a que el propio Arnoldo Ochoa haya ordenado la publicación de la nota a ocho columnas en el Ecos de la Costa del lunes 8 de mayo de 2017:

‘Encuesta de percepción ciudadana: Ejecutivo de panzazo; Congreso reprobado. Arnoldo Ochoa y Agustín Morales, los secretarios mejor calificados. Alcaldes y Poder Judicial, apenas aprobados’.

Esa posibilidad remota llevó a ese mismo lector a reflexionar: si Ochoa González planeó este golpe a Ignacio Peralta, malo, porque es el funcionario responsable de evitar que el titular del Ejecutivo se desgaste políticamente; y si no decidió la publicación de la nota, ¡peor!, porque entonces ¿para qué invirtió tanto esfuerzo en controlar la línea editorial del Ecos de la Costa?

En todo caso, su conclusión es coincidente con la varios lectores: el único perjudicado con la publicación de esta nota que ingenuamente pensaron iba a fortalecer la tambaleante posición del secretario general de Gobierno, es el Güero Ochoa.

La nota firmada por el reportero Arturo Aguilar Huerta alude a una encuesta que la Fundación Lo Mejor de Colima solicitó levantar a la empresa Cifras de México para medir la percepción ciudadana de los colimenses con respecto a las autoridades en el primer trimestre de este año.

El estudio de opinión pública se hizo con base en la siguiente pregunta: “Si tuviera que darle una calificación por su desempeño como Gobernador a José Ignacio Peralta Sánchez donde 0 es pésimo y 10 es excelente, ¿qué calificación le merece?” (sic).

Con base en la respuesta que dieron tres mil 800 colimenses de indistintos sexo, edad y estrato socioeconómico, entre el 6 y el 12 de abril, en los 10 municipios del estado, la citada firma demoscópica reporta que el 20.5% de los encuestados calificaron a Nacho Peralta con un seis (en un escala del uno al 10), el 19.7% con siete y el 17.6% con ocho.

La forma tan imprecisa de mostrar los resultados denota no sólo la falta de profesionalismo de quien hizo la encuesta, sino la mala leche del medio impreso que, con esta manera de usar los datos, golpea arteramente al mandatario estatal.

Sobre la encuestadora, otros lectores me recordaron que Cifras de México es un membrete que ha venido utilizando Roberto Moreno Béjar, presidente de la Fundación Lo Mejor de Colima, para acreditar sus proyectos. Por ejemplo, le sirve para medir el éxito del carnaval que él mismo organiza y el prestigio de los reconocimientos que entrega.

Si es verdad, no deja de ser un poco tramposo que, para vender un producto como es el carnaval, presente como evidencia una encuesta levantada por él mismo. En ese sentido, me dice otro lector que cualquier estudio de opinión o percepción pública como éste tiene que ir acompañado de la metodología que pruebe la confiabilidad de los resultados.

Si los datos que arroja esta medición no se pueden corroborar, decir que el Gobernador salió reprobado es un vil golpe. Y cuando quien lo propina es la figura más destacada del gabinete, ¡el secretario general de Gobierno!, qué grave.

Otro lector abona a la capacidad de trabajo de Roberto Moreno. Al preguntarse por qué fue sustituido en la presidencia del Consejo de Participación Social para la Planeación (CPSP) por Rafael Briceño Alcaraz, subraya que la sociedad civil representada en este organismo salió perdiendo con el cambio.

Mientras que un tercer lector plantea una hipótesis acerca de la renuncia de Moreno Béjar a esa posición: se fue cuando se dio cuenta que al secretario de Planeación y Finanzas del Gobierno del Estado, Carlos Noriega, al que está sectorizado el Consejo, no le interesa en absoluto el CPSP.

De hecho, Briceño sufrió su primera decepción cuando le dijeron que iba a cambiar sus oficinas a un modesto cubículo en el Complejo Administrativo, que le quitarían personal y que no va a contar con gastos de representación. En pocas palabras, que nomás está de adorno.

Un cuarto lector señala que el director del Instituto de Fomento de Ferias del Estado, Petronilo Vázquez, el otro funcionario que junto al secretario de Desarrollo Rural, Agustín Morales, fueron los menos peor evaluados junto con el secretario general de Gobierno en la famosa encuesta, es tan colaborador, por no decir, subordinado político de Arnoldo Ochoa González como Roberto Moreno.

Finalmente, un quinto lector duda que la Secretaría de Educación pueda ser el premio de consolación para Arnoldo Ochoa cuando lo quiten de la Secretaría General de Gobierno. Quienes piensan que Oscar Javier Hernández Rosas tiene los días contados, no pueden ignorar que los recientes nombramientos de funcionarios le favorecen.

Si bien Jenny Enid Noyola Vega dejó la direccción de Administración y Finanzas para ser directora de Planeación y Evaluación de Política Educativa, queda en su lugar Susano Madrid Ortiz, gente cercana al secretario. 

No olvidemos que la renuncia de Carlos Salazar Silva a la Secretaría de Salud se precipitó cuando desde Casa de Gobierno le nombraron a un director administrativo y financiero de las confianzas de Nacho Peralta y ajeno por completo al ex rector.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com. Esta columna se puede leer también en: www.aacb2.com.

 

bv