El
todavía gerente de la franquicia del Partido Movimiento Ciudadano, Leoncio
Morán Sánchez, ha ido perdiendo a los mejores cuadros que logró reclutar para
fortalecer su guajiro proyecto personal de alcanzar la gubernatura de Colima en
dos intentos consecutivos fallidos. El
primero en tocar retirada para incorporarse a la administración peraltista fue
su ex candidato a diputado local plurinominal, Francisco José Yáñez Centeno y
Arvizu. La panista Leticia Zepeda Mesina nunca ha sido suya aunque la cuente
como tal. En los hechos ella sigue siendo de corazón azul.
Esta
semana se le fueron al monte dos de los cuatro regidores que tenía: Héctor
Anaya, Villa de Álvarez; y Sergio Polanco, Coquimatlán. De dientes hacia afuera, el
diablo de Leoncio dijo respetar la decisión de quienes lo abandonaron
deseándoles que les vaya bonito, para luego sacar de su dolorido pecho su
verdadero sentir lopezobradorista al respecto: “Hemos demostrado que somos la
única opción de cambio, que no nos vendemos, que a pesar de que intentan
doblegarnos no lo van a lograr. Este es el espacio de las mujeres y los hombres
con valor, dignidad, congruencia y con decisión para cambiar a bien la historia
de Colima”, dejando implícito que los que se fueron y seguirán yendo se venden,
carecen de valor, dignidad y congruencia, y quieren preservar a toda costa el
estado de cosas prevaleciente.
Tal
rudeza innecesaria provocó que Héctor y Sergio salieran a los medios de
comunicación a replicarle a Morán
Sánchez que le renunciaron porque “sólo está enfocado en trabajar para buscar la
candidatura a la alcaldía de Colima en
el 2018 y se olvidó del partido en otros municipios”, verdad de a kilo que ya
es del conocimiento del dueño del PMC a nivel nacional, Dante Delgado Ranauro,
y de su aliado en el occidente del país, Enrique Alfaro Ramírez, quienes desde
hace rato lo traen en la mira, entre ceja y ceja, prestos a quitarle la
franquicia ciudadana en Colima y nombrar a quien de verdad trabaje por la
consolidación de su partido y su lanzamiento hacia el 2018.
Delgado Ranauro y
Anguiano Ramírez, tarde, comprobaron que Morán Sánchez resultó ser puro jarabe
de pico, pájaro nalgón, político de pacotilla, rijoso compulsivo verbal, y de
que ni consolidó ni hizo crecer a su partido Movimiento Ciudadano en Colima; al
contrario, las cabras se le han ido al monte. Para colmo, a un año de las
elecciones de junio de 2018, está metido en cuerpo y alma en la promoción
personal de su candidatura a presidente municipal de Colima 2018-2021,
importándole un comino la suerte del Partido Movimiento Ciudadano en la
entidad. Por eso cortaron con él por lo sano el villalvarence Héctor Anaya y el coquimatlense Sergio Polanco, y el veracruzano
Dante Delgado Ranauro y el jalisciense Enrique Alfaro Ramírez se aprestan a
darle chicharrón.
Hay que referir que de
la misma manera que el día 8 de diciembre de 2014, sin ninguna consideración, quitaron
del cargo de presidente de MC a la joven promesa Hugo Alexander Gómez para
poner en su lugar a Leticia Zepeda Mesina, están por aplicarle similar medicina
a Leoncio Morán Sánchez. Y es que quien da y quita con el diablo de Locho se
desquita, donde las dan las toman y donde las toman las dan, días de unos y
vísperas de otros, y a cada diablo se le llega su función. Al tiempo.
EL ACABO
·
Si se tardan en relevar a Leoncio Morán Sánchez de la dirigencia
estatal del partido Movimiento Ciudadano, cuando lo hagan no encontrarán ni los
muebles y equipo de oficinas del mismo, cuantimenos a militantes de real valía.
·
Tanto Héctor Anaya como Sergio Polanco por
méritos propios. Nada le deben a Leoncio; al contrario. El tiempo les dará la
razón de su oportuna partida de donde nada tenían que hacer ni lograr.