Análisis Político

La impuntualidad de los funcionarios

 Abel González Sánchez  Opinión

Gobernadores, Secretarios del Gabinete, delegados federales, diputados locales y federales, senadores, alcaldes, y la mayoría de los funcionarios de los tres niveles de gobierno no le dan la importancia que merecen a los valores humanos como son la puntualidad, responsabilidad, honestidad, el respeto a los demás, la tolerancia, cuando sabemos que estos valores deberían ser fundamentales y obligatorios para todos los servidores púbicos porque son precisamente eso, “servidores públicos”.

La impuntualidad de los funcionarios es falta de respeto a los demás, a los ciudadanos que votaron por el propio servidor público, pues ya no basta el pretexto de siempre, que fue un accidente, porque se prolongó la anterior reunión, es muy lamentable que los gobernadores y presidentes municipales lleguen a las reuniones públicas con una y hasta dos horas más tarde, como si vinieran de la ciudad de México, los funcionarios organizadores de los eventos inclusive advierten, citen a la gente a las 4 porque el alcalde llegará a las 5, ¿Qué nos pasa? ¿Para qué hacer perder tanto tiempo a la ciudadanía, a las familias?

La ex gobernadora Griselda Álvarez a nivel nacional hizo historia por haber sido la primera mandataria estatal en el país, pero en Colima hizo más historia por sus múltiples obras y legados que dejó como mujer respetando los valores humanos que promovió como mandataria en la clase política y social ante los colimenses sin mayor inversión o gasto económico que su puntualidad y responsabilidad en el trabajo.

Obligó a todos los funcionarios de los tres niveles de gobierno a ser puntuales, responsables y respetuosos, tuvo que correr a varios flojos y prepotentes, todos se alinearon, pero también motivo y castigó la impuntualidad para cambiar rápidamente la costumbre de la gente empezando a dar cátedra en los ejidos, reuniones de trabajo o políticas. En el ejido más grande del estado, Cofradía de Juárez, municipio de Armería citó a las 5 de la tarde a 200 ejidatarios que fueron seleccionados para ser beneficiados con fertilizante, rollos de alambre, aspersores, etc.

La gobernadora llegó diez minutos antes, el presidente del ejido corrió cuando llegó para advertirle que no se bajara de la famosa camioneta Ford Guayín porque de los 200 solo había cerca de 20 presentes, le decía que la costumbre de los funcionarios es llegar una hora después de la cita, sonriendo y sin hacerle caso se bajó caminó y entró a la casa ejidal, y se sentó, preguntó por los funcionarios menores de Reforma Agraria y Desarrollo Rural del Estado, tampoco habían llegado, pasando unos minutos de la hora citada, 5 p.m. se levantó e informó a los presentes, “Muchas gracias por su presencia puntual, veo que ustedes si tienen responsabilidad y necesidades, los demás quizás no necesitan estos apoyos”, dio indicaciones que para que solo les repartieran los apoyos a los presentes y los demás materiales agrícolas fueran reasignados a otros agricultores más necesitados, así mismo  dijo públicamente que los funcionarios que no llegaron a tiempo serían reubicados. En la siguiente reunión que convocó Griselda Álvarez a los dos meses en este mismo ejido todos los agricultores, incluyendo los representantes de las dependencias estuvieron muy puntuales, la gente y funcionarios menores aprendieron rápidamente.

El valor de la puntualidad en la clase política la debe encabezar los gobernadores, presidentes municipales en turno, aunque no es una tarea sencilla, porque este valor humano, va relacionado a la personalidad psicológica, ética, carácter, orden y eficacia, pues así el funcionario estará en condiciones de realizar más actividades gubernamentales. La falta de puntualidad habla por sí misma pues refleja nula organización de nuestro tiempo y la falta de planificación en nuestras actividades, pero también de respeto a los demás. Ojalá todos los funcionarios cumplan con este valor humano y no solo unos cuantos.

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